22.8.06

Llamado a no calentar los asientos. Pinguins again...

Teníamos un contrato de esos que bautizamos de ‘interna gloficada’, pero que igual sirvió para ‘parar la olla’. Después de que una de las miles de jefas, que aparecieron en el camino, le hiciera trampas (Oh, qué trampas) a las Curvas, al pedirle cada cosa inútil para mantenernos ocupadisimas en leseras que después igual destruía con su pluma aburrida y su presencia seca, la muy cobarde alegaba que lo que hizo ella, era obra de las Curvas. De hecho, su sueldo anual de 75.000 dólares -libres de impuestos- no corresponde a su flojera enfermiza y su falta de análisis político.

Es que no podemos comprender cómo es posible que en el mundo actual existan gente que calienta el asiento. Qué no aportan más que lo que usufructan de las entregas de los trabajadores de diferente paises al organismo multilateral. Se supone que deberían trabajar para ellos. Y para el futuro de sus hijos.

Mientras sobrevuela el helicóptero de la casita alba, JUSTO POR ENCIMA DE LA CASA todos los días, pensamos que quizás esa exigencia -de que los personajes en puestos con alguna que otra incidencia en el mundo TRABAJEN a TODA MAQUINA- no puede ser tan nueva.

O quizás lo es.

El tiempo se ha hecho más corto o menos lento. Nos enojamos si una página web no se baja en menos de 15 segundos, si no responde el compu inmediatamente o cuando no contestan las llamadas.

Así fue como nuesto apoyo incondicional a los chicos escolares -que valientemente enfrentan los guanacos y hablan mejor que los designados en el Congreso y Senado lo cual es un hecho- se ve reforzado al verlos marchar nuevamente por las calles.

Y como no son tontos, desde un comienzo aguantaron eso de sentarse en las comisiones para discutir el problema educacional del país. Pues bien, dijieron, le daremos esa oportunidad aunque sospechaban que las comisiones no sirven para nada más que acordar algo pre negociado, y sino no existe un previo acuerdo, la cosa se alarga. Interminablemente.

Por eso, y en estos dias, se pone en la balanza si vale la pena meses de movilizaciones, abusos y sacrificios varios, ante eso de esperar y esperar. Y para ‘chicotear los caracoles’ como dice un amigo transandino, salieron a la calle.

“Más rapido y de verdad. Hagan su pega.”

Entre medio, en un acto heróico que atenta en contra de la saluda pública, el siempre disponible para las campañas de relaciones públicas para posicionarlo en La Moneda y remozado en la cara Longueritis, ENTREGABA SU APORTE AL BANCO DE SANGRE.
¿De qué sangre hablan? ¿y quién sabe por dónde ha pasado ese señor ese?

Esperamos que los chicos pinguinos no necesiten una dosis, que en una de esas, el ácido del querido de Guzmán -el mismo que ideó la contrareforma educacional en la dictadura- podrá envenenar sus cuerpos. Y entonces, quienes defenderán la educación pública, libre y justa del país?

No hay comentarios.: