10.12.05

Selección chilena 2005: TENGO VAGINA Y SOY ESPECIAL

Curvaspolíticas tendrá blog en vivo bajo el prisma subjetivo. Gracias a las fuentes repartidas por diversas regiones del país se espera jugosos detalles de las elecciones.

No es que el Rafa Gumucio no se las trae. Le publicaron una opinión (en el NYTimes) en donde analizaba el hecho ‘especial’ de que una mujer sea elegida presidenta éste domingo. En resumen, Rafa supone que el voto secreto es el espacio donde los chilenos pueden expresar sus más profundas convicciones, a diferencia de su vida pública, que se basa en ser juzgado por cosas materiales y culturales. El chileno, según Rafa, es un ser altamente conservador que no ‘ve bien’ a las mujeres y madres solteras/divorciadas pero que no se complica a la hora de sufragar. Así, hay una esquizofrenía social que separa lo público con lo privado. Además, agrega que el tema de la dictadura ya no es relevante ya que Bachelet no solo sufrió torturas sino también perdió a su padre, a las atrocidades del gobierno militar. El solo hecho, que la Miche sea mujer, corresponde a un destape y progreso cultural chileno.

El debate sobre la ‘mujer’ en la vida política supone que por tener una vagina se es especial. Pero no se toma en cuenta que en Chile, las mujeres constituyen 51% de la población, es decir, una mayoría. Tampoco que esta característica biológica -que también incluye parámetros de edad- no es signo de competencia o liderazgo político. Es como un machismo invertido. Por ser mujer se expone la posibilidad de novedad, y por ser víctima de la dictadura sin rencores, representaría ese ‘cambio cultural’ lo que huele a 'cierre de transición'. Nada más lejos de la realidad. El machismo es sostenido por las mismas mujeres y mantenida a través de su educación de los hijos en el hogar.

El Rafa, al exponer primero la condicón de mujer y segundo, ‘víctima reconciliada’ le hace un mal favor a Bachelet y a la imagen de Chile en el exterior. La futura presidenta de Chile debe ser evaluada y juzgada según sus acciones y no por su ‘vaginedad’ natural. Esa es la postura que obligaría a entender el gobierno de la Miche por sus resultados políticos y no por su posible debilidad de pertencer al sexo debil. Lo segundo remite nada menos a la puerta por donde los machos recios de siempre puedan penetrar los círculos de poder chilenos (o mantenerse según su situación actual) si es que hay “problemas gubernamentales”.

Este punto es repetido hasta el cansancio por los analistas. Monte Reel (corresponsal de Latinamérica del Washington Post) cree -hoy en primera plana del periódico que incluye a la candidata tocando la guitarra- que en una de esas, la posibilidad de más mujeres en los asientos presidenciales haría que el dialogo intranacional fluiría mejor. La idea de que mujeres no son conflictivas. ¿Necesito recalcar que Thatcher no tuvo tapujos en invadir las Malvinas? ¿O qué las chicas Borgias intrigaban sobre el poder? ¿O qué en el Imperio Romano las mujeres actuaban según sus intereses personales? La novedad de una mujer en la presidencia jamás será un resultado de 'más oportunidades' para las mujeres, y tampoco es un 'tema zanjado' que una víctima de la dictadura asuma como presidenta. Ese 'cambio cultural' solamente existe en las mentes distorsionados de los analistas (sean mujeres o hombres).

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