23.5.11

Columna: EL JUGO DE GIDDENS O LA 3RA VIA Q.E.P.D

Junto a los pingüinos escolares, el viejo Aristóteles figuraba detrás de las barricadas. Ayudaba a cerrar el portón del liceo y cuando podía, pasaba monedas para el pan. Al filósofo lo tenían a cargo de la entrada. Evaluaba los cientos de adultos que se agrupaban en las afueras, con una mirada sospechosa. A cada uno les preguntaba: "¿A qué viene?". Sin importar la respuesta, los dejaba hablando solos y estupefactos. Ya estaban obsoletos.

Pasan 5 años tranquilos sin que se reciba noticia alguna, ni de Aristóteles o los chicos y chicas pingüinos, hasta que un día, una masa de gente se congrega para exponer su posición dura y clara. Quedaban demasiadas tareas pendientes. Molestaba tanta flojera y movida rara.

En Chile, país donde la juventud se alarga hasta los 40 por una razón inexplicable y donde la generación de recambio de la política profesional oscila los 55 años, con ternura se suponía que el pingüinazo no fue más que un capricho. Caprichos de unos cuántos chicocos sin experiencia alguna. Se creía, asimismo, que su silencio era señal de su neutralización y de que estaban ocupados en las aulas, aprendiendo a cómo tratar a la política como si fuera una ciencia.

Aristóteles esperaba relajado en una bodega en el centro de Santiago. Sabía que cinco años no es nada si no tienes nada que perder. Veía cómo subía el precio de la comida más básica mientras las calles se llenaban de autos de último modelo, endeudando familias por décadas. Veía también, cómo los mismos pingüinos crecían, superando el pago mensual y pidiendo becas y préstamos para mantenerse en la Universidad. Desde luego que la banca recogía gustosa el dividendo de lo que alguna vez se llamó 'democratización de la educación'. Callado, Aristóteles escuchaba como los entendidos en el centro cultural EL OLIMPO, cacareaban sus comparaciones con otros países. Si antes Chile se evaluaba con Guatemala (fácil) ahora, se apuntaba a dejar picando arena a Alemania o hasta EEUU.

Ocurre que Aristóteles, observó en los pingüinos algo que él mismo alguna vez reclamó en la Agora griega. "La política es participar en la sociedad" dijo entonces, ante oídos sordos. "Participen o se convertirán en accidentes, monstruos sin hogar" reclamaba mientras Cassandra lo acompañaba con su sonrisa triste.

Si antes, un millón de chicas y chicos se movilizaron porque entendieron con profundidad el resultado de una política pública, tras cinco años, era más que evidente que ni en el Congreso o en el machucado Palacio, se hacía realmente política. En consecuencia, tampoco sería necesario utilizar un intermediario. Puesto más simple; le dieron cinco años para que la política se reivindicara en la calle y la plaza. No ocurrió.

En las últimas semanas son cientos de miles de personas que han declarado en cuerpo y alma, el rechazo de uno que otro tema en Chile. Sienten suyas tanto la Patagonia como las playas del norte de Chile y acogen las necesidades de cada uno y una (sea sexual, laboral o étnica). En otros tiempos, quizás los partidos políticos serían los recipientes naturales de tanta política corporal marchando. Brillan con su ausencia.

Generaciones de chilenas y chilenos se acostumbraron a ser basureados por manifestar su postura y opinión. Reconocen que a la primera, el líquido tóxico del guanaco es seguido por las bombas lacrimógenas. No obstante, basta con que te lo hagan una sola vez para que luego, esperes lo peor. El abuso hace que pierdas el miedo y el respeto (si es que alguna vez lo tuviste) a la autoridad de turno.

Los pingüinos aprendieron tamaña lección durante cada día de los meses de su movilización en 2006. Bajo una sola regla, "no dar jugo" (no solamente hablar, sino ser y actuar) insistían con su propósito. Su crítica hacia todo un sistema educacional pilló a la mayoría de los profesionales de la política con la boquita abierta.

"Dar jugo" fue exportado a los lugares más remotos en la década de los 90. El ahora Sir Anthony Giddens figuraba de manual y Clinton junto con Blair se encumbraban como modelos a seguir dentro de una socialdemocracia remozada que no refutaba las privatizaciones y abrazaba gustosa el poder del mercado. Por supuesto que tanta renovación llevaba una campaña mediática con pura imagen sin contenido alguno. La "tercera vía", la famosa opción, se basaba en un muro derrumbado y, sumisa, intentaba de aplazar los aletazos de Minerva. "Progreso para todos" repetían los papagayos sin recordar que quizás Mussolini y Hitler fueron quienes más abusaron del concepto. "La historia ha muerto! Ya no hay un solo relato!" aseguraban. La Ideología, la Izquierda y la Derecha, fueron todas víctimas en una batalla que se resolvió a punta de textos que fueron debidamente replicados por sus alumnos aventajados. Bastaba con una fotocopia de Fukuyama para ingresar al selecto club de los iluminados. Fue una guerra sin sangre, todo muy posmoderno, donde 'Pueblo', 'Solidaridad', 'Feminismo' y hasta la misma 'Ideología' se convirtieron en palabras feas, no aptas para tanta elegancia. Qué los partidos políticos pintaban para la caja de la irrelevancia, importaba poco.

Con la 'tercera vía' ingresaron también, ejercitos de robots de tecnócratas que suplían lo que alguna vez significó pensar y decidir. Los logaritmos y los ministros de Hacienda promiscuamente se acostaban con sus comarcas en Wall Street sabiendo que ante la dictadura de las cifras y resultados, nadie es responsable.

Y es justamente "la responsabilidad" a la cual se apela tanto en la llamada de alerta de 2006 (los pingüinos) como en las manifestaciones en las plazas de Chile de hoy.

En el mismo acto de trazar una linea entre lo aceptable y lo no tan aceptable, se crea un espacio para la necesidad de responsabilidad, simultaneamente que se jubila una senda de estamentos: el grupete de los 'entendidos' profesionales, el lote de los 'especialistas' en la ciencia política (especialmente los de la tercera vía), el elenco de los "recambios generacionales" (que miedosos esperaban su turno detrás del telón) y la renovada socialdemocracia. Con todo, unos cuantos chicos y chicas escolares jubilaron hasta el jugo de Giddens.

Hay que decirlo. Se demoraron ni cinco años, y sin tanta teoría o juegos artificiales. Era solamente cosa de salir a buscar lo que es de cada uno, impulsados por una motivación real y palpable: la política.

Columna Radio Universidad de Chile 22.05.2011

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí la Tercera Vía se convirtió en una de esas vanguardias de principios del Siglo XX. Qué lástima!

Anónimo dijo...

Que mal el post.

Mauricio Hasbún dijo...

Monserrat,
Sí, tercerá vía ahora es como hablar del paleolítico... Hace unos meses te envié mail para intercambio de libros, mi novela Lodo (sobre político de tercera vía) por un ejemplar tuyo de Vicente Huidobro, parece que no te llegó,
abrazo,
Mauricio

Montserrat Nicolás dijo...

PAC: VANGUARDIA DE JARDIN

ANONIMO: Q "malo" el post...Malo con O. POnga atención.

Mauricio: cuando quieras!!! y no, no me llegó o se perdió en el spam.


saludins

Mauricio Hasbún dijo...

Ok, entra a mi blog y en perfil está mi correo electrónico, mándame un mail indicándome dónde te envío el libro,
abrazo
Mauricio

Tomás Vivanco dijo...

Para hacer Política no hace falta pedir permiso, en realidad no se pide permiso.

Eso lo entendieron (entendimos) los pingüinos y vamos tomando(nos) y creando(nos) espacios para (des)construir sociedad y sistema.

Los de la segunda linea en la sucesión de LA POLÍTICA son unos temerosos (GALLINAS) que prefieren pedir permiso a pedir perdón, creen que así los Dioses les darán eterna juventud, y estos, los Dioses, solo les dan cargos técnicos de relevancia solo para poner la firma en atadosos ensayos-papers-leyes que al tecnificar las relaciones humanas alejan el sentido común y al común del pueblo de las decisiones importantes.

En fin, lo importante es el millón de individualidades que en la revolución pingüina comprendieron que salir a las calles no es para exigir tolerancia, es para exigir derechos.

Pato dijo...

El hecho de ver muchos amigos marxistas pidiendo libros de Marx, Boltansky, Chapello y Žižek por Amazon me hacen pensar que a la tercera vía algo le queda todavía.

xD

bromillas nomás, buen post.

ghc8008 dijo...

Genio y figura, esoterico pero exacto!!