14.1.11

Columna: ASESINATO POLITICO

UPDATE abajo.
Lo que los poetas declaran es 'suspensión temporal', la neurociencia establece es una relación real entre el amor y el odio, sentimientos que se activan en nuestro cerebro de la misma forma.

Un Abraham Lincoln en el teatro, un John F. Kennedy en su auto descapotable en Dallas o su hermano Robert Kennedy tras un discurso en Los Angeles, un Martin Luther King...Todos políticos muertos por la locura del odio.

A la larga lista se agrega una niña de 9 años*, un juez federal y otros, como daños colaterales del intento de asesinato de una representante de Arizona. Gabrielle Giffords lucha por su vida después de ser baleada a plena luz del día. Se acusa al joven asesino de 22 años de ser un enfermo mental, resaltando su excepcionalidad.

"Qué no cunda el pánico", nos dicen. "Existen más como él pero son pocos y diferentes", nos aseguran. "Hay que cuidar las palabras y evitar la polarización de la sociedad" nos piden los mismos personajes que antes azuzaban el odio en los medios de comunicación.

El ataque en Arizona destaca porque ella es política. Ejerce como política electa. Es una representante de otros tantos. Fue un acto extraño.

Así, se repite que políticos asesinados por enfermos mentales no son hechos que tengan raices vinculantes en la sociedad. Asimismo, son hechos diferentes a esas largas filas ante la guillotina en la plaza de Paris o a esos trenes, que descargaban humanos en Auschwitz.

Sin embargo, el resultado y motivo es el mismo.

Son todos victimas de un odio que no es irracional. Es un odio concentrado, pulsante y planificado. Sintéticas expresiones de un desprecio por la vida y engrandecimiento del valor de la propia que elimina lo que estorba en el camino hacia el éxito.

Algunos más corporativos como, por ejemplo, el partido nacional socialista alemán, lleva la efectividad del odio a nuevos niveles con su eliminación de judios, comunistas, homosexuales y minusválidos.

Su justificación política alimentaba el colectivo: el super hombre, el ser humano por sobre el otro con derecho de imponer su poder. Una ceremonia de la gloria del poder politico, por cierto.

La sociedades con sistemas de valores donde no cabe lo diferente ni tampoco quienes no pasan la vara de la excelencia, engendran y multiplican la estandarización de la humanidad. "Eres como nosotros o no debes existir".

En vez de hacerse cargo de lo que ocurre en Arizona -sus leyes locales claramente rascistas que dan carta blanca a la denuncia entre pares y el derecho a portar armas de fuego**- se responsabiliza a la retórica, el hablar político. Y por defecto, así también, la libertad de expresión.

Las palabras hieren, matan y dan poder. Un despecho cruel de un amante rapidamente desplaza el amor por el odio, pero es el uso de la bala que asesina.

(Columna escrita 10.01.2011 para Radio Universidad de Chile)

*Christina Taylor Green. Nació el 11 de Septiembre de 2001.

** Existe más que 90 armas de fuego por cada 100 habitantes en EEUU (estimación 2007). Aproximadamente, se calcula 1 arma de fuego por cada 7 humanos en el mundo (SMALLARMSSURVEY)

UPDATE: Carlos Fuentes -recientemente llegado a EEUU- opina en este posteo algo parecido (cita a Steven Mintz).

1 comentario:

Tomas Bradanovic dijo...

No pude dejar de asociar con el tipo que le gritaba a David Rockefeller que se fuera de Chile http://www.youtube.com/watch?v=GFWzDFjBKUw
En USA los estremistas disparan, en Chile la mayoría gritan nomás, son de bajo presupuesto