27.12.10

COLUMNA: Crash Gordon

Columna REVISTA QUE PASA (24.12.2010)
Según Brown, el objetivo del libro es contarle al mundo su experiencia de lo que llama "el primer crash de la globalización". Aunque el ex primer ministro británico admite que puede ser precoz, pretende alentar un debate mundial y utilizar su libro como documento histórico.
Las palabras de Brown en la presentación de su libro nos dibujan la escena. Imaginamos a un tal Adam Smith caminar por las calles del puerto de Kirkcaldy -su pueblo natal, el mismo que el de Brown-, observando la actividad comercial naviera. Con sentido común escocés, Smith relaciona el intercambio de productos como la condición necesaria para el progreso de la vida misma de su pueblo. Iluminado, Smith desde entonces nos ha mandado a cuidar nuestros propios jardines en pos del beneficio colectivo de la sociedad. Ya saben, si cada uno hace prosperar sus propias rosas, prosperaba el país entero. Sin más, Smith nos convierte a todos en potenciales recipientes del superpoder que yace en cada individuo y hace latir a esa esquiva mano invisible.

Brown decide escribir "Beyond the Crash: Overcoming the First Crisis of Globalization" horas después de perder las elecciones en Inglaterra. Por cierto, la derrota electoral le entrega la conducción de Inglaterra a los reales neoliberales: los tories.
Fiel a su veta pragmática, este PhD en Historia se aplica tipeando y estudiando durante sus 14 semanas de vacaciones. 

Según el mismo Brown, el objetivo del libro -presentado el 14 de diciembre en la NYU ante 350 personas, en su mayoría estudiantes- es contarle al mundo su propia experiencia de lo que llama "el primer crash de la globalización". Aunque admite que puede ser un tanto precoz, pretende alentar un debate mundial y utilizar su libro como un documento histórico que entrega un plan de acción. O sea, una solución mundial. 



Además de enterarnos de su muñeca política (Brown impulsa una vía propia entre vecinos europeos que se negaban a creer que el crash era más que un virus de Wall Street), que logró frenar temporalmente la caída libre de los mercados mundiales, nos informamos sobre el brutal engaño de los grandes banqueros al gobierno de Brown. 

Convencido de que el problema es estructural y no un simple tropiezo de flujo de capital, aboga por una coordinación de soluciones que sean más que trámites nacionales, una suerte de Constitución mundial que viene a restaurar la moral al mundo financiero. 



El ex primer ministro propone más regulación a los flujos de capital y más transparencia. Asimismo, Brown llama a entender el crash como una oportunidad única para los países que, hasta ahora, han liderado la producción y consumo por siglos. La salvación estaría en la naciente clase media asiática, que aún no ha adoptado el consumismo occidental, tan común entre nosotros. 



Las incesantes gestiones del gabinete de Brown -para coordinar un esfuerzo que frenara la destrucción del sistema financiero global- culminaron en la reunión del G20, en Londres en 2009. Ahí vemos cómo un estoico Brown declara el inicio de "un nuevo orden mundial". 



Hoy resulta casi tragicómico recordar* que para ingresar a esa cumbre del G 20 había que cruzar por el distrito financiero, la City de Londres. El enorme poder amasado por los bancos es un proceso iniciado durante el mandato de 10 años de Brown como ministro de Finanzas británico. O sea, él conoce mejor que nadie el peso del mundo financiero en el desarrollo de su país. 



Puede ser pura coincidencia que Brown lance su libro en EE.UU.,  justo cuando se presiona al mandamás del FMI, Dominique Strauss-Kahn, para que regrese a Francia a salvarlos del presidente Sarkozy. Y justo cuando al Banco Mundial y el FMI son el foco de una cada vez más urgente reestructuración. 



Resulta difícil creer que el ex primer ministro con su sonrisa de niño amable y bien portado, no sepa que su libro es mucho más que un recuento de hechos y datos. Y que su propuesta -de concentrar el desarrollo en la exportación a Asia- no implique que estemos frente un intento de revival de la supremacía occidental.

* Estuvimos en el G20 en Londres (2009):

CURVAS TV: G20Voice@G20 (english version) from Montserrat Nicolas on Vimeo.


Nota: Este texto era harto más barroco antes de que la gran editora Lorena Rubio le puso su ojo de aguila. Gracias miles a ella. 

2 comentarios:

Ulschmidt dijo...

Vibrante relato! Muy bien clima cuando se describe que hay que internarse en la moderna Babilonia - la city londinense - para llegar al trono de los poderosos...

Montserrat Nicolás dijo...

merci Uls! y toda la verdad...en camino al trono se ve cada cosa...