Aún se recuerda con ternura cómo el Presidente Bush clavó su mirada en los ojos del Presidente Putin y enseguida aseguró -ante una prensa internacional incrédula- que había “visto el alma de este hombre”. A su lado, el ex agente de KGB figuraba un tanto incómodo.
Diferente fue cuando se juntó con la Presidenta Bachelet. Más cauto, Bush confesó que sus asesores ya le advertieron que la presidenta era “una persona muy encantadora” y que, agregó, “tenían toda la razón”.
No sabemos qué le sursurró ni qué le dijo la Presidenta a Lavin ese mítico día cuando le pidió que participara en uno de sus comisiones asesoras pero debe haber sido fuerte porque Lavin ahora anda con la mirada enublecida y le confiesa, a quien quiera oir, qué desde ese momento preciso es un bacheletista convencido.
Y ha causado una indignación generalizada. Desde la banda del mal logrado candidato, se clama que la Presidenta lo ha “seducido” y que tenga cuidado, porque tal como una Medusa moderna, convierte a sus víctimas en esclavos deslenguados. Alegan (Hernán 'No sujeto pancartas' Larraín) que Bachelet "no se resiste a la pequeñez de usarlos (a Lavín y Longueira) para sacar provecho político" solo "para dividir a la Alianza" y que ella no está "a la altura de los gestos que dirigentes nuestros han tenido en los últimos días con ella".
Por otro lado, el equipo de la Presidenta señala que el enamoramiento de Lavin no es cuestión temporal ni hormonal sino el “primer paso” hacia otra cosa indefinida. De forma recatada, han llamado a la calma y a no mostrar hilacha celosa alguna.
Esto sucede justo cuando una de las cuantas encuestas (que miden el nivel de aprobación laboral de la Presidenta) nuevamente ha salido a la luz pública. Y haciendo una relación con el mandamás del Norte, las cifras de la encuesta de ADIMARK muestran más o menos el mismo nivel de aprobación que el de Bush hijo. Puede ser osado comparar una presidenta chilena con uno de Estados Unidos pero ahora que Chile es ‘grande’ y si somos los líderes de Latinoamérica ¿en qué topamos?
En todo caso, hay una diferencia. A Bush hijo también le pena la franca desconfianza de los estadounidenses mientras a Bachelet, la cosa es más compleja. Su apoyo se centra en los nucleos de las trabajadoras de Chile. Ahí mismo, lugar predilecto de la UDI, no se cuestiona el liderazgo de la presidenta. Aún se cree en ella.
Quizás las interminables disfraces de la Alianza solo han logrado colmar la paciencia de las chilenas. Es que a nadie le gusta tantos cambios de personalidad, tantos desalojos y la falta de creatividad de un verdugo que resulta ser impotente. Y quizás por eso mismo, los más avispados se han autoencomendado un enamoramiento repentino (digno de cualquier psicoanálisis), como señal de una flamante y reencontrada virilidad masculina.
La desesperación desnuda no augura bien.
Ruge el ratón -ahora enamorado- pero no por eso, deja de ser ratón.
12.10.07
Michelle, ¿domadora de ratones?
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por
Montserrat Nicolás
at
21:38
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Bachelet,
Seudo derecha chilena
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2 comentarios:
Oye Monse, para esto te basaste en tus pares en el extrajero??? No me cabe duda...comentario tan sesgado de Chile territorial no saldría.
Es que en serio, acá en el Chile insular la cosa es bien distinta.-
In your style.
Nosotros creemos definitivamente que los sesgados pasaron de moda....y la Presidenta es una domadora de ratones pencas en Washington...mientrás más lejos...mas obtusos de la realidad chilena.-
Best,
?
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