Mejor con la Veloso...

Habría que preguntarse: ¿No logró lo mismo o más la Veloso en el mismo puesto que hoy ocupa Viera-Gallo?

Si bien a la Veloso, desde que entró en el gobierno de Bachelet, fue marcada por la pseudo oposición y los de la Concerta como la más habilosa e inteligente y por ende, más peligrosa, su postura supuestamente "intransigente" logró establecer una frontera política, una definición de qué y cómo la presidenta quería las cosas.

Viera-Gallo, fiel a su estilo anticuado y fuera de ritmo con el "nuevo" Chile (o más bien, nuevo mundo), desde un comienzo mostró su disponibilidad para negociar lo cual es, ciertamente, lo peor que puede hacer un negociador. De entrada, puso todas las cartas sobre la mesa y con eso, arriesga cuestiones mucho más importantes que dos pegas para dos señores que hace rato tienen su pensión asegurada por el Fisco.

Habría que también preguntarse ¿si acaso vale la pena tanto escándalo, tanto negociado si se puede ganar tan poco?

Si se hubiera aprobado a Perez Yoma y Aleuy, ¿qué ganaba Chile?
No mejor televisión porque se ha dicho que el directorio no se mete con la programación...(ver el dramón de Vidal).
No mejor estándares de cultura.
No mejor nada.

O sea, por mucho que Aleuy de forma innovadora presentó un programa con propuestas interesantes (algo que ni el Vidal ni los otros hicieron para sus respectivas pegas y Perez Yoma brillaba con su ausencia mediática) quemando las neuronas de su staff/equipo, de antemano sabíamos que CON o SIN ellos, TVN no iba a mejorar.

También se sabía que no contaban con los votos pero la egolomanía de Viera-Gallo nuevamente nos jugó una mala pasada.

Este tipos de situaciones simplemente no pueden pasar con una presidenta socialista. No porque lo de TVN sea particularmente importante, sino porque lo que viene es SUMAMENTE importante (AFPs, etc). Y ante eso, se necesita un representante que sepa lo que la presidenta REALMENTE quiere.

Se votó por un Chile muy definido.

Se tiene un Chile revuelto, estilo cazuela de mala muerte llena de escombros de cada residuo político.

Se quiere -una vez por todas- un gobierno DE Bachelet. Porque que sepamos, no ganó ni los eternamente 'renovados' ni tampoco sus comparsas idelógicos de la (des)Alianza.