Chile cuenta con un arsenal de gente preparada en eso del arte de la guerra. Hace más de cien años que no nos hemos desplegado para defender los límites nacionales. Y ahí están. Algunos partieron a Haiti. Otros, por esa tontera de pensar en que Argentina nos puede invadir cualquier día, los obligaron a perder la vida en las montañas nevadas.
La cosa es que Chile puede (porque las tiene) enviar tropas a Líbano.
Recientemente, y gracias a las encuestas acusetes, la presi se encuentra -según se dice- en aprietos de autoridad. Qué mas digno -entonces- que coordinar los soldados para que resguarden la paz en el caldeo virulento del medio oriente? Una comandante en jefe no solo mostraría al mundo que eso de tener útero no importa en asuntos bélicos, sino admás, le taparía la boca a los inventores de noticias de nuestra querida prensa nacional.
Claro, le quitaría oxigeno a la desalianza derechista porque eso de armas es como tema de ellos.
Pero como hay ciertos personajes que no saben leer instrucciones presidenciales en un tal foro multilateral en una ciudad que nunca duerme, y siendo que es vitalicio en su cargo regalado por otro ex presi, y que ese ex presi le da con mantener figuración mediática en la prensa mundial, no podía aguantarse las ganas de ganarle a la presi en soundbites. Y se lanzó a decir que 'el envio de tropas está a la vuelta de la esquina'. Una hora después, el Consejo de Seguridad dijo que aún no se podía mandar a nadie hasta que medio mundo se pusiera de acuerdo en cómo escribir un tal documento. Y ahí quedó.
Dió instrucciones equivocadas y quedó como parlachín que nuevamente no cacha que hay una presi que decide en su momento preciso qué hacer. Con Chile decimos para que se entienda. Y tampoco sabe que el reinado de su ex (actual?) jefe está en decadencia. Las encuestas dicen que más de 70% lo aprueba con cariño. Con el mismo cariño que uno le tiene a un abuelito.
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