Camas separadas calientes o la política internacional revuelta

Foto: Condi, por qué tan cansada?

Qué el chico Delay "resista" la repostulación tiene a Washington en un estado de absoluta felicidad. El ‘Hammer’ es famoso por manejar los votos necesarios en la Cámara baja y por su tostado adquirido en toures golferos auspiciados por ciertos lobbistas con una pata en algún recinto carcelario. Igual no deja de ser que DeLay es como el número 30 de la lista de políticos beneficiados por los regalitos lobbistas…Paga el pato como se dice en buen chileno. Ya recusitará porque tiene mil vidas, este tejano.

Y a nadie se le ha escapado el reciente realityshow de la Condi Rice y Mr. Shaw. Suculento material farandulero que después de algunos paros en la ciudad natal (y deprimida) del ministro de relaciones exteriores de Inglaterra, partió con rumbo a Irak para exigirles (a los iraquíes) que formaran gobierno. Una vez por todas. Qué no sean tan flojos.

Opacando el triste aniversario número 3 de la invasión a Irak, llevan cinco dias en eso de ‘nos gustamos’ y ‘mira lo bien que lo hacemos’ y ‘todos felices, aquí no hay problemas que no podremos solucionar’. Pero tantas horas juntos dejó al descubierto algo más. Resulta que la Condi le cedió su cama a Straw para que pudiera dormir comodamente en su avión Boeing 757, mientras ella dormía en el pasillo. Conocemos lo 'perfectos caballeros' que pueden ser los british por lo que no pensamos mal, ni nada. Pero igual. Eso de dormir en el suelo de un avión es tan ‘clase-turista-de-vuelos-nocturnos’ y es poco chic. Además, uno despierta con un genio insoportable y la nuca deshuesada lo que nunca es bueno. Si no me creen, preguntenle a los chicos de immigración de EUA. Ellos ven cada día (tipín seis de la mañana) como las hordas de Latin américa aparecen despeinados y con un tufo de mala muerte.

Y hablando de eso, Lagos anuncia su llegada a Washington con bombos y platillos. Discursos vendrán en el Fondo y el Dialogo a los cuales no estamos invitadas. Sabemos que su hija vive aquí pero nos huele que quizás -que el cielo nos perdone- quiere la embajada por estos lados.

A rezar.