Nos alegaba la Dani de que no tenía cómo parar la olla. Soñaba con una beca tipo Presidente de la República; “De esas que te pagan toooodo por dos años y después puedes hacer lo que quieras” nos decía adelgazando de hambre. Claro, sabiamos que esos cupos se van con los hijos de funcionarios que tienen cómo pagar y que no necesariamente son chicos de lo más brillantes. Dani no tiene ninguna posibilidad.
Pasa lo mismo con los fondos de las grandes instituciones extranjeras que reparten pedazos de la torta a proyectos y conferencias que les sirva. Todo en pos de agregar conocimientos escenciales al saber universal.
Con el Alvaro figurabamos en la U a la espera de un colóquio llamado “Arte y Política”. Se decía que llegarían no sé que ilustres internacionales pero cómo la cuestión fue organizada por la mandamás de las fundaciones de EUA -la infaltable Nelly Richard- no aparecieron. Igual, poco nos importaba y tampoco nos dio la gana de reprocharle el buen marketing porque estabamos para repartir uno que otro panfleto sobre el cinismo galopante que imperaba entre los dignatarios chilenos, presentes en las inaguantables “meses redondas”.
La U estaba en pleno paro. Perdón, parcialmente en paro ya que solo la escuela más chica aguantaba las presiones y no contábamos con ningún ‘lider’ partidarista. Más bien, era un revuelo ético. Se peleaba por la educación absolutamente pública y rechazábamos esa cuestión de pagar la matrícula al banco. Cuento corto, quienes por años solían pintarse de ser los únicos sobrevivientes de la oscuridad cultural chilena durante la D-I-K-T-A-D-U-R-A y agobiar a mediomundo con sus ‘reflexiones filosóficas’ de dudosa procedencia y calidad, aparecian de lo más felices llamando a pensar sobre la subjetividad y entregarse al placer de la vida de los ‘fondos’.
A la Nelly no le gustó para nada que circuláramos por el hall de la U. Le preguntaba a los profes zánganos si nos conocían y bueno, cómo nunca hacían clases, poco o nada podían decir. Igual cómo qué le indicaron que no eramos de fiar. Eso nos hacía reir. Decidimos hacer nuestro propio coloquio improvisado (entre los baños y la escalera) para delucidar eso de los márgenes y los centros. A los amigos les preguntabamos; ¿Es Usted un sujeto resistente o es un objeto de lo marginal? ¿Es Usted un signo subersivo o una señalética? Por favor, díganos, ¿qué es el AAAAARTE?
Y a la Nelly como que le tienen miedo. Nunca hemos sabido por qué. Quizás será por ese acento afrancesado que no se le ha quitado con 30 años y pico en chilito lindo. O por bonita. La cuestión es que siempre hemos pensado que es una copiona, lo que no es malo en sí (Uups, licencia subjetivista), pero el problema es que copió y copia maaaaal. Y muy mal.
En Chile, por ahí a principios de los setenta, no llegaban todos los libros de Benjamin y menos traducidos. La buena Nelly era dueña de unas páginas fotocopiadas de un ensayo de Walter llamado “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica “. Y cómo nadie lo tenía, lo hizo suyo. Así nació la abstracción más conocida como la Escena Avanzada (que es nada más que un grupete de amigos que no les gusta ensuciarse las manos). La Nelly se hizo superfamosa en el patio de su casa. Y los loros repitieron -sin nunca leer Benjamin- su texto o “textualidad”.
Claro que todo impostor aburrido debe cambiar de camisa de vez en cuando. Para mantener contento el público. Hace unos años fue la cosa del género y ahora, lo cibernético.
Se cuenta que el ‘Encuentro Latinoamericano de Facultades de Comunicación Social’ la tendrá dando una conferencia en Colombia. Fiel a su estilo rebuscado la llama: “¿De qué hablamos cuando hablamos de resistencia? “Nuevas” formas de poder y resistencia en las sociedades de la información.” (Han visto algo más añejo?)
Hmmmmm. Las Curvas tiene tantas respuestas pero tan poco espacio en este blog…
¿Dónde dejamos esos formularios para la Fundación Ford o Fundación Getty? ¿Y dónde está la subjetividad? ¿En el cajón de la objetividad?
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3 comentarios:
Creo que esta muy bien explicitar que en la Facultad de Arte, en Teoría y en Historia, donde se machaca tanto a los estudiantes para que lean y relean malas fotocopias de libros, te venden unos estudios, que si la ley del consumidor se aplicara, tendría que devolverte la plata, más una indemnización.
Que todo el mundo sepa, que el titulo no te vale de nada fuera de Chile y si allí ya no vale, púes mejor estudiar arquitectura, ingenieria en minas o empezar a hacerse un politiquillo de facultad, para asegurarse el pan a futuro.
En cuanto a los sabios: fácil, hay que escribir invirtiendo el orden del sujeto y el verbo, para que la cosa suene a profundo.
Ey felicitaciones por tu gran blog...te seguiré y recomendaré
Un abrazo
Gracias. Y Dani, ya verás que el viento soplará las casas de engaño...
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