10.12.05

You know I'm a dreamer but I'm not the only one

No cabe duda que la gran estrella superstar de los 'debates' presidenciales fue Mr. Hirsch. Articulado y concreto, además de contar con un relajo contagioso, sin pelos en la lengua y 'bien decente' (como diría mi Abuela) logró meterse en el disco duro de los chilenos. Pero ya terminó la campaña, y desde ahora, Chile se encuentra 'custodiada' por los carabineros para que nadie ose a propagandarse. Chile cuenta con un sistema de control de votos espectacular y bastante pitoresco, digno de imitarse (tomen nota Demócratas de EUA!). Se trata de los famosos 'apoderados de mesa', encargados de escrutinar y velar por la transparencia en el conteo de los votos, o si se quiere, pelear los votos. Las mesas se cierran con dos gritos con cinco minutos de intervalos, chillados en los pasillos. Luego se vuelca la urna con los votos y comienza el conteo por parte de los 'vocales' de mesa (elegidos por sorteo y pocas veces voluntarimente presentes además de hambrientos). Cada voto se analiza y si hay alguna descordancia sobre la 'rayita' (si se puso bien, si 'marcaba intención, etc.) entra en evaluación colectiva. No se como es en otros paises pero el chileno es bastante creativo con las lineas, lo que resulta -en mesas disputadas- que el conteo se alargue forever. Depende del ánimo y destreza de los apoderados que representan los intereses de su bando. Así todo, es lo único realmente democrático del asunto. Es muy dificil 'meter mano' o hacer malabares curiosos. Eso sí, aparece siempre en las listas personas fallecidas supuestamente vivas, o declaradas muertas pero vivas pero es lo menor. Ah si, los recintos no son cosexuales, es decir, mujeres separadas de hombres que construye una pintura alegórica con cabros chicos, abuelitas, familias enteras en los colegios donde votan las féminas mientras la cosa es más sobria donde los varones (quienes siempre han votado más por la izquerda que sus contrapartes). Por eso, el postulante a La Moneda Hirsch, hizo un llamado a sus apoderados a "estar atentos para defender los votos que registre la lista C". En la ocasión aseguró que "soy un soñador. El presidente Lagos decía el otro día que Tomás Hirsch es un soñador. Yo le quiero decir que efectivamente lo soy. Que esta vez estamos de acuerdo. Yo mantengo mis sueños, no como otros que los vendieron al mejor postor, a los grandes grupos económicos y a los bancos. Sí señor, soy un soñador, pero además no estoy solo, todos nosotros somos soñadores". Introduzca música de trasfondo de Lennon.

1 comentario:

Dolce far niente dijo...

Hay que ser justos, porque el sistema electoral chileno, que reboza inteligencia y democracia, no sólo obliga a votar, sino que además a los vocales, presidentes, etc, que forman el folklore local de las mesas de votación, les llevan todo un día para que aprendan el oficio de burocratas a-políticos, con el beneficio de un rico almuerzo de pan con jamon, juguitos kapo y una manzanita de los paking del pais. Nos nos pasemos, que el sistema lo hace per muy que requetecontra bien. En que pais civilizado se ha visto semejante espiritu democratico como en Chile, donde efectiviamente de lo ordenaditos que somos, hacemos locales de votación acepticos sexualmente, como los seminarios. Hombres por un lado y mujeres con la prole por el otro, bien lejitos, no sea que vaya a molestar esto de ver a tanta mujer pobre y sóla cargando con los chiquillos que algun dia le hizo uno que le dijo que la queria.
En fin, que me muero de ganas de poder votar, que me llamen como "voluntaria" para saborear los exquisitos sabores del katerin local y para disfrutar de un día de fiesta cívica... pero claro, como no vivo en Chile, estoy como Pinochet, con un derecho fundamental, como es el voto, suprimido, como los delincuentes comunes.