El año pasado circulaba, en las residencias, embajadas y fiestas privadas de Washington DC, una edición de La Nation que llamaba la atención indiscriminada. Tal como alguna vez fue el Libro negro de la justicia chilena, esta edicíon del 5 de diciembre de 2004 se pasaba como item cotizado y de contrabando. Tenía, en su portada, 10 fotos de Los top ten de la cara civil de la tortura que, entre nosotros, no dejaban muy bien parados al ser masculino chileno en temas estéticos. Por feos. Bueno, la cosa es que Ricardo Claro –dueño de cómo mil empresas y una estación televisiva MEGA que quiere ser el FOXNEWS de Chile- presentó una querella contra el diario por –era que no- los delitos de injurias y calumnias. Según la magistrada del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, Romy Rutherford, en un comienzo desestimó procesar a la periodista Ana Verónica Peña y al entonces director del matutino, Juan Walker, pero reconsideró su decisión tras recibir en su despacho al empresario. Hoy, la jueza consideró que no existen las pruebas suficientes para acreditar ambos ilícitos y les otorgó la libertad sin fianza a los requeridos. Sin embargo, resolvió procesar sólo por un delito menor a la autora del reportaje y el ex director. El texto únicamente permite acreditar “presunciones fundadas para estimar que a éstos les ha correspondido una participación de autores en el mencionado ilícito” de injurias graves con publicidad (Artículo 417 Nº 4 sancionado en el artículo 418 del Código Penal). Desde luego, se apelará por parte de los periodistas.
¿Libertad de expresión?
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