17.9.05

Arte chileno en el patio trasero y con Viagra











Foto Izq. El guapo Ruscha Foto Der. El no tanto Diaz
A mi me parece que la escena artística consagrada de Chile se ha convertido en un espacio en que se consume pastillitas estilo Viagra. Y como siempre, es signo del estado sexual del exitoso 'modelo chilenensis' que ya lleva décadas exportandose.

En el mundo de hoy, en que las naciones se encuentran en una competencia constante por las inversiones extranjeras, la diplomacia cultural debe ocupar un lugar preponderante, o al menos tener una dirección definida como parte de una estrategia más global. Chile, campión de las “no políticas”, se aprestó a demostrar su estilo cultural peculiar a través del representante nacional Gonzalo Diaz (1947).El espacio escogido -para medir el vigor masculino chileno- fue la Bienal de Venecia (2005).

Para llamar la atención mediática, el profesor de la Escuela de Artes de la Universidad de Chile y premio Nacional del Arte pronunció declaraciones conflictivas (“no creo que una obra sea capaz de transformar el mundo” y "el Arte esta en la UTI") antes de emprender su viaje. Su obra titulada Muerte en Venecia fue descrita en su comunicado de prensa de la siguiente manera:

"En su instalación conformará la palabra ARTE. Cada letra será un acuario con un número variable de peces rojos. Sobre los sentidos de esta instalación se podrá hablar después de apreciarla. A pesar de ello, el artista adelantó, que la puesta intenta expresar el estado del arte moderno y sus paradojas. El arte asistido en un escenario donde se conjuga el glamour internacional, en una de sus expresiones más altamente sofisticadas, como es la bienal de Venecia."


Se sigue indicando que este "guiño crítico de Díaz cae bien, en todo caso, en ese ambiente". Y aumentando el suspenso se señala que: "Un especial cuidado ha tenido la preparación de la obra en cuanto a asegurar la condición de los peces que serán usados. En Europa y en el mundo, los grupos ambientalistas y de defensa de los animales, marcan pauta en este plano. No sorprendería alguna reacción en ese sentido."

Bueno, reacción no hubo. Ni sobre la 'obra' ni por los pecesitos. Lo único que logró Chile fue que los aquarios se trasladaran desde el interior del pavillón de arte latinoamericano al patio trasero del recinto. La humedad del agua podia dañar los frescos del edificio.

La obsesión por usar letras, por parte de Diaz, no es cosa original en la historia del arte. En el pavillón de EUA, el artista y guapetón Ed Ruscha(1937)-que lleva décadas relacionando la escritura y la experiencia del espectador con las obras de arte- representa su pais con 10 lienzos al oleo titulados Course of the Empire (La maldición del Imperio).

Son 5 cuadros en tonos grises y 5 'respuestas' de los mismos, en color. Presentan edificios desprendidos y sin detalles que lo identifiquen y una que otra palabra (p.ej. Telephone) que expone a la cultura industrial norteamericana. Que las obras más recientes tengan color no significa que sea una propuesta optimista. Más bien, es la acusación de Ruscha de que tiene dudas "sobre el progreso del mundo, y las esperanzas para el mundo...Reflejan mis sentimientos de cómo las cosas han cambiado--y que no siempre cambian para lo mejor".

Aunque palabras y frases pueden componer la forma y el contenido de una obra, y logren manipular al espectador hacia una actividad doble, el ver con el leer no hay que confundir las similitudes superficiales. Las obras, que se exponen en Venecia, resaltan la postura individual de cada uno de ellos. El ‘buen’ representante de su pais representa y expone un anhelo universal y global mientras que el otro, el ‘mal’ representante, es decisivamente local y terrenal en su proposición. En ellos se funden los conceptos de lo carnal y lo pensativo que no puede sino ser un aspecto sexual de la moral política actual de cada pais.

Gonzalo Diaz, con su obra absolutamente literal en que nadan peces japoneses de colección, busca llamar la atención de la situación del arte a través de los cuidados continuos y necesarios de los animales. El arte se encontraría en un momento de emergencia que sobrevive gracias a los tubos de alimentación. En este sentido, Diaz busca ser universal y demostrar que su condición –de ser latinoamericano- no importa ya que se atreve de increpar el sistema mismo del arte.

Aunque las obras establecen un vínculo con la situación mundial actual y le toman el pulso al proceso destructivo -cómo indican en sus títulos Muerte y Maldición-la obra de Diaz va mucho más allá. No solo es un intento de ficción sino, además, es una celebración de lo que puede ser el arte según su punto de vista y condición latinoamericana. Esto se contrapone con la acusación silenciosa de Ruscha ya que su obra señala que no se encuentra dentro de cuerpo teórico del arte sino fuera de él. No es cosa que le preocupa a Ruscha porque su objetivo es establecer la existencia de una desesperanza humana que puede ser localizada en sus obras estadounidenses.

Por eso, el juego entre la crítica y lo que se critica desvela la postura de cada artista. Diaz se ubica y busca un reconocimiento global de lo que puede salir de Chile con una obra que necesita de animales extraños y de agua potable y limpia. Es como si dijiera que en Chile no solamente se puede sino, además ya esta en las ligas mayores y posee un nivel de poder de adquisición extraordinario. Mientras tanto, Ruscha sostiene lo más básico -con su brocha y la pintura al oleo- de que, desde el lugar de la exhuberancia de EUA, no es tal ni tampoco sostenible. Critica nada menos el poder político que ensalsa las imágenes de los paises como productos exitosos y modelos que se deben seguir. Tambien, critica la imitación de tal modelo y así, en un envoltorio antiguo que contradice lo novedoso del sistema económico del mundo, acusa y presenta la posibilidad de que las obras -en cualquier forma- pueden cambiar el mundo. Sus obras por lo tanto, siguen la tradición que dejo Guernica.

Como representantes de sus paises, Diaz logra ser 'bueno' en el sentido de que recoje y expone las posturas del sistema modelo chileno mientras que Ruscha no hace mas que situarse como un 'no representante' de su pais. O más bien, de esa parte de Estados Unidos, que prevalece gris y deprimido por culpa de la constante construcción de la otra parte que impera en el mundo. No hace mas que indicar el nivel de potencia de cada uno. Diaz se instala como quien necesita de una herramienta sintética para poder llevar a cabo su acto creativo o para poder consumar el hecho. Ruscha establece de antemano que ese actuar carnal ya lo cometió sin rencores. Pero más importante aún, sin píldora que tenga una dosis para poder elevar la potencia.

[Adivinen quien es quien en las fotos...]

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