Contra el sentido común (algo que iba a ser aburrido), el espectáculo que actualmente se desarrolla dentro del contexto de las elecciones mexicanas, se transformó en insólito y alarmante. En vivo, vemos como la contienda electoral se convirtió en un Matrix mexicano.
Ya con semanas de anticipación, los medios nacionales e internacionales aseguraban (basándose en cientos de encuestas ampliamente difundidas) que Enrique Peña Nieto (EPN) era ganador con millones de votos sobre Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Carrera corrida. Casi no valía la pena ir a votar. Así, se suponía que la elección mexicana sería un mero trámite. Se agregaba que el PRI (los de la 'dictadura perfecta') volvía en gloria y majestad. Mexico iba a demostrar que las instituciones democráticas funcionaban. Votos en los vertederos era cosa del pasado. 2006 no se repetía.
Dejando de lado las miles de denuncias de fraude y compra de votos, cuestión que las instituciones legales y electorales deben investigar, el show es novedoso tanto por la exactitud casi matemática del libreto como por la enorme falta de respeto a la incipiente democracia mexicana (y la ciudadanía, por cierto). En 24 horas hemos transitado entre lo insólito y lo perfecto á la mexicana.
Aunque se suponían victoriosos es, curiosamente, el mismo PRI que muestra nerviosismo a una hora de que cierran las mesas en Mexico. Rapidamente, el presidente del PRI proclama a su candidato EPN como el próximo presidente siendo que la Instituto Federal Electoral (IFE) solamente reportaba 2% de los votos globales contados. La seguridad del PRI se basaba en la 'boca de urna' o -si se prefiere- conteo rápido ('exit polls'). Una encuesta que tenía 0.5% de error de margen. Todo un hito científico dado que las encuestas bien hechas -con suerte- logran 3% de margen de error.
Nada raro. Todos se creen ganadores antes de la batalla pero la cosa se enturbia cuando el apuro del PRI se refuerza con la autoproclamación del mismo EPN y un despliegue comunicacional que ya en EEUU se quisiera tener.
El discurso en vivo de EPN fue acompañado por un video (en youtube) y cambio de perfil en twitter y facebook, de 'candidato' a 'Presidente', con página web idem. Además, el PRI manda comunicado de prensa, diciendo que EPN es el proximo presidente. El texto -sin editar- es reproducido en los portales de noticias más importantes (desde Washington Post hasta El Pais). No hay que reprochar los medios. Ya era casi media noche o de madrugada en las capitales y le pagan mal.
Qué se use una encuesta y no cifras oficiales para creerse ganador de una elección es, en sí, insólito. Y novedoso...siendo que, en ese momento, el IFE recién entregaba 5% de "las actas capturadas"(computos).
Con solamente 5% de los votos contados... |
No obstante, aparece una denuncia sobre los resultados tan 'perfectos' de IFE.
El profesor de Física de la Universidad de Texas y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, doctor Jorge López Gallardo se percata que -en los resultados de EPN en 41 datos durante 3 horas- es una "correlación perfecta" ('Pearson').
O sea, los resultados del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) han sido perfectos durante horas, lo cual no debería ser posible al menos que vivamos todos en la realidad paralela del software, una suerte de Matrix Mexicano. "Los números están manipulados, también ya se establecía 4.7% invariable para quadri+nulos+noReg" señala López Gallardo en su cuenta de Twitter.
Recordemos que ya en las elecciones de 2006, se descubrió que al contabilizarse los votos en favor del PAN (ganador) durante un rango de tiempo, el PREP no registraba votos nulos y los números avanzaban cada determinado tiempo de forma proporcional y simétrica.
Igual, IFE sigue emitiendo cifras perfectas y resultados perfectos y cuando ni llega a 15% de actas capturadas y la diferencia entre EPN y AMLO no es ni de 400 mil votos o 3%, ocurre el segundo movimiento insólito: aparece el presidente Calderón en la televisión, felicitando a EPN, nuevamente basándose en una encuesta y no en un resultado oficial final.
Subida de cejas globalizada.
Con la autoproclamación, la felicitaciones de Calderón, los medios repitiendo resultados de boca de urna como si acaso fuesen oficiales, la llamada de presidente de Colombia a EPN para también felicitarlo, se presiona a AMLO para que reconozca el resultado perfecto.
AMLO no lo hace. Prefiere esperar el resultado final, tal como debe ser si es que se respeta el proceso democrático y electoral.
Con todo, pocas veces se ha visto que un presidente se autoproclame ganador basándose en una encuesta y sin que la institución electoral se pronuncie ya con el resultado final en la mano. Pocas veces se ha visto que un presidente saliente felicite -con solo 15% de los votos contados- al supuesto ganador. Pocas veces se ha visto cifras tan perfectas...
Más allá de lo poco elegante que ha sido el show, hay que preguntar, ¿qué costaba esperar los resultados finales? ¿Qué costaba verificar las denuncias de fraude? ¿Cuál era el apuro del PRI?
Las elecciones mexicanas son -nada menos- una falta de respeto gigante a los/as mexicanos/as que fueron a votar. Un despecho perfecto aunque no insólito. La nueva forma de sumar votos...
Nota: Columna publicada cuando IFE reporta recién 94.5%...
Nota2: Ni idea qué podrán decir los observadores electorales de la OEA...
Columna El Mostrador 2 Junio 2012
2 comentarios:
Esto en algún momento va a estallar. Una institucionalidad tan pervertida no puede durar indefinidamente. El problema es que en los estallidos, aparece la barbarie, y en un Mexico sumido desde siempre en la barbarie (mafia narco-política-religiosa), el tipo de barbarismo puede superar la imaginación más corrupta.
http://asuntoscomplejos.blogspot.com/
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