Abuso chileno: Karadima y compañia.

La Constitución de 1925 en Chile, separa oficialmente la Iglesia del Estado. Luego, la Constitución de 1980, ratifica el asunto.

El abuso sistemático de menores (lo que la prensa chilena -siempre sutil cuando se trata de la sagrada iglesia católica- ha tildado neutralmente como "el caso Karadima") en los últimos días, sorprende a medio mundo con más detalles.

Los más hipocritas, dicen estar impactados.

James Hamilton -en el programa donde mueren los lugares comunes- da su testimonio que apunta a una gran cantidad de personas que sistematicamente cubren por años, los abusos a menores en la Iglesia católica chilena.

Parte 1 Enlace Youtube
Parte 2 Enlace (testimonio duro)
Parte 3 Enlace (familiar del grupo Matte intenta silenciar a Hamilton)

Más allá del hecho concreto de James Hamilton, el trato del asunto por parte de la prensa y los grupos de poder, demuestra que en Chile aún no existe ninguna protección a los y las víctimas de abusos sexuales.

Es más. No existe ninguna protección a nadie que haya sido abusado y violentado sus DDHH.

Se entiende que Hamilton o cualquier miembro de una orden religiosa busque que se haga justicia dentro de su mundo ideológico. Ahora bien, si en Chile existiera la certeza de que una denuncia se toma en cuenta y que el proceso legal no puede ser viciado, quizás hace tiempo no solamente Karadima estaría preso (figura en un convento) sino también, sus complices.

Ver el testimonio de Hamilton recuerda a cada familiar de alguien que haya sido abusado (no solo durante la dictadura, también después) y que no ve resultados concretos en los juicios.

Tal como la iglesia y otros grupos religiosos mantienen el poder sobre las políticas públicas chilenas y por ende, definen los límites de los derechos de las mujeres, Hamilton también es un ejemplo de la nula separación entre Iglesia y Estado en Chile y mucho más.

Vale preguntarse si acaso ¿debe llegar a tal punto que niñitas en la TV nos dan sus testimonios para que avancen los casos de incesto? ¿O que las mujeres violadas durante la dictadura den su relato en la TV para que los abusadores Y SUS COMPLICES no sigan caminando tranquilamente por las calles de Chile? ¿O esperar que, con lujo de detalles, alguna mujer valiente cuente sobre su aborto?

Que Hamilton deba llegar hasta el estudio de la TV y recontar su dolor (además de padecer los plomos de Tolerancia Cero) para que se asome una posibilidad de justicia, nos recuerda, nuevamente, que para que exista justicia en Chile, la ley debe ser pareja.

Lo que existe hoy en Chile, es 'una justicia en medida de lo posible', el resultado del pacto de la transición finamente elaborado hace 20 años. Por eso mismo, Hamilton debe ser silenciado por los mismos grupos que mantienen tamaño pacto que manosea hasta nuestro días, el sistema judicial.


¿Enrique Correa, eso fue lo que te enseñaron en el Seminario?
[NUESTRO RESPETOS A HAMILTON]