6.6.10

CHILEFREAK: OTERO

El embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero, tuvo la gentileza de dar una entrevista al diario transandino Clarin. Entregó las siguientes joyitas:

"La mayor parte de Chile no sintió la dictadura. Al contrario, se sintió aliviada. Porque antes usted no podía comprar nada importado, tenía que pagar lo que se producía en Chile, caro y malo. De la noche a la mañana usted empezó a encontrar lo que no había. Ganó el pueblo...Chile no estaba viviendo una democracia ni era un país tranquilo, era una guerra civil encubierta en todos los frentes.”

Pero el accidental diplomático (fue designado por el presidente Piñera) no solo le molestaba la PRODUCCION NACIONAL sino además asegura que: “Todo lo que es delito debe ser sancionado (…) El fin no justifica los medios, jamás...Creo que, como en todo el mundo, hay gente que abusa de la autoridad y se extralimita" demostrando que tiene una preocupación profunda por excesos personales de uno que otro mortal en Chile durante la dictadura.

Más allá de que sea casi burlesco como Otero intenta de justificar un modelo económico basado en el nivel de shopping que pueda hacer su señora, se hace aún más surreal con las llamadas para que el embajador Otero renuncie.

Resulta que -repetimos- Otero fue puesto en Buenos Aires por su amigo el presidente Piñera para que -se supone- sea el representante de Chile ante Argentina. Es decir, un gobierno como el de Piñera, ha resuelto que es propicio que sea Otero quien maneje los asuntos que tengan que ver con Argentina.

Si se mira desde ese punto de vista, los dichos de Otero (archiconocidos y compartidos por una amplia gama de chilenos) son nada más que declaraciones que no afectan ni mejoran las relaciones entre Argentina y Chile.

O sea, fingir sorpresa e indignación de que -dentro del conglomerado de quienes administran el fundo de Chile ahora- existan personas con tamaña visión histórica raya a la ignorancia más profunda. Y solo se puede explicar con que, factiblemente, un lote variopinta se tragó -sin cuestionar- el 'fin de la transición'.

Por supuesto que ni la mentada 'transición' (un arreglín de altos personajes dentro de la Concertación con sus ex bosses) o el fin de la misma, fue real. Fue un invento.

Y el escándalo opacará -tal como lo hizo la idea de la transición misma- la venta de los recursos que aún están en manos del Estado de Chile (son pocos pero se nos viene a la mente el agua y los activos estratégicos de Codelco inter alia).

Si se quiere alegar, que se grite bien. Claro, para eso se necesita una segunda lectura de estos últimos 20 años. Se llama revisión crítica.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones, la definición de nuestra "transición" más precisa no puede ser.

Ulschmidt dijo...

Que descaro estos personajes que ni siquiera callan por conveniencia...

Anónimo dijo...

Comparto contigo el argumento: ¿de que nos sorprendemos?
y
la transición no fué.
Ja. Saludos
GBM