La DesAlianza de Chile (leáse Larrain & Larrain) son unos maleducados. Sin parar de alegar por más de un año, y tratando la presidencia con un desprecio digno de cualquier amargado, por fín fueron invitados a conversar a La Moneda. Por una hora (una enternidad!) presentaron sus reclamos, según dicen ellos mismos. Sin embargo, y para variar, querían algo más. Buscaban el 'hombre de la casa', o "un interlocutor válido".
No lo encontraron. Es que la presidenta es una mujer, algo que los udirenovadistas no se han percatado.
Enciegados por su afán de figurar, se equivocaron de tiempo y de mandatario.
Ni Chile u otros paises están para machismos superficiales. Y si es que creen que a punta de descalificaciones pueden lograr algo parecido a lo que -exitosamente- llevaron a cabo con Lakes, se equivocan. Y mucho. En la jerga de la ciencia política, el interlocutor no es más que un tipo que media, que lleva y recibe recados sin un puesto formal dentro del gobierno. Hace, en otras palabras, las movidas y el lobby.
Pero, el problema de un interlocutor no habita en el gobierno. En él, sobran curiosamente. La falta es la derecha misma. Ahora que ya pasamos el mítico 'un año de gobierno de Bachelet', se debe también evaluar la oposición (si es que el nombre da para tanto). Su pega, sus dichos, sus soluciones para la "gente", sus planes y propuestas. Y nada. Empty.
El gran fracaso. Y la gran desilusión, si es que hay alguien que creía que la pseudoderecha chilena se sostenía por si misma, sin sus aliados en la Concerta.
Y si quieren 'interlocutores válidos' (ya que en La Moneda hay puro "sordos sin valor alguno") hay que viajar fuera de Chile.
No lo encontraron. Es que la presidenta es una mujer, algo que los udirenovadistas no se han percatado.
Enciegados por su afán de figurar, se equivocaron de tiempo y de mandatario.
Ni Chile u otros paises están para machismos superficiales. Y si es que creen que a punta de descalificaciones pueden lograr algo parecido a lo que -exitosamente- llevaron a cabo con Lakes, se equivocan. Y mucho. En la jerga de la ciencia política, el interlocutor no es más que un tipo que media, que lleva y recibe recados sin un puesto formal dentro del gobierno. Hace, en otras palabras, las movidas y el lobby.
Pero, el problema de un interlocutor no habita en el gobierno. En él, sobran curiosamente. La falta es la derecha misma. Ahora que ya pasamos el mítico 'un año de gobierno de Bachelet', se debe también evaluar la oposición (si es que el nombre da para tanto). Su pega, sus dichos, sus soluciones para la "gente", sus planes y propuestas. Y nada. Empty.
El gran fracaso. Y la gran desilusión, si es que hay alguien que creía que la pseudoderecha chilena se sostenía por si misma, sin sus aliados en la Concerta.
Y si quieren 'interlocutores válidos' (ya que en La Moneda hay puro "sordos sin valor alguno") hay que viajar fuera de Chile.
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