26.1.07

la revancha de la CIA o el Scooter lo paga todo

Foto: z.about
No hay nada como un juicio en donde sale los trapos sucios a la vista y paciencia de 'lo público'. Y Washington esté que arde. Resulta que el Libby (ex jefe de gabinete del desjuiciado VP Cheney) parece que no le gustó eso de que tenía que pagar tooodos los platos rotos del escándalo de la fuga de la identidad de una agente encubierta de la CIA (cosa muy pero muy criminal en los USA).

La historia va más o menos así (y para los mateos hay por lo menos 150 libros escritos sobre el tema): Los chicos de la casita alba querían invadir Iraq ya antes de los ataques a las torres gemelas por lo que empezaron a manosear los clásicos informes de inteligencia de los sufridos de la Agencia. Después de los ataques, se produjo una presión inigualable (es común eso de pedir que se "arregle" la info según los intereses políticos) para que los capos dijieran que 'fijense que hay armas de destrucción masiva en la casa de Hussein' aunque todos sabían que no era así. Con esta información los enviados partieron a la ONU (Powell) y al Congreso para convencer a medio mundo que se debía invadir a Iraq, buscando los votos necesarios para que el Comandante en Jefe pudiera hacer lo que hizo.

Bueno, a mitad de 2003 ya existían voces que expresaban dudas sobre las intenciones reales del grupete albo. Una de ellas, fue el embajador enviado para averiguar en Niger si acaso se intentaba comprar uranio por parte de Saddam. Y no. Gran surprise. Escribió en el Post que no había nada y que era puro cuento.

Rapidamente, la oficina de Cheney armó una movida para perjudicar al Wilson (el emba en Niger). Y el jefe de gabinete (con nombre de jardín infantil, ehem) se juntó con unas tantas bocas sueltas de la prensa, diciendo que gracias a la esposa del emba Wilson, este logró la pega. Y agregó, que la mujer era agente de la CIA.

Todo esto -of course- hipernegado cuando el Fitz (investigador) y su gente le preguntó por la cosa.

Y ya llevamos 5 (!) testigos que dicen que el Scooter Libby no paraba de comentar la cuestión. Va directo a la carcel por mentirle al gran jury.

Y todos gozando. O por lo menos todos afueras de las oficinas del Cheney/Bush. Y todos en la CIA. Es que poner a unos de ellos en peligro no se hace así nomás. No sin consecuencias.

Pero el asunto tiene un vuelco interesante para los copuchentos. El Libby está reenojado y no piensa quedarse con los brazos cruzados ya que la orden de perjudicar a los Wilsons no exactamente fue producto de su mente...por lo que se espera que las próximas semanas el Libby Trial de más que una portada. Y mucho material para el blog de las Curves. No hay nada como el circo de los podersos echandose la culpa...

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