12.7.06

Zizou no se arrepiente y tampoco las Curvas

Cabeza en alto. Orgullo y valentía. Nada de achicarse.

No hay nada peoooooor que los mentirosos y/o los maleducados. La gente, con buenos modales en el mundo, se reduce acceleradamente.

Resulta que las Curvas, felices de la vida y con harto ánimo de cambiar el mundo hacia algo mejor (lo que hay, es un despelote) ingresó con plena inocencia a un organismo multilateral. Encadenadas al PC y metiéndole informes hasta por las orejas sin mucho descanso, se pensaba (oh, inocencia) que la buena pega sería nada más que un aporte pequeño y bien recibido.

Nada más equivocado.

A las Curvas no solo le tendieron una trampa los muy tramposos, sino además y peor, le hicieron hasta pensar que quizás no valía la pena, eso de decir las cosas de frente, claritas sin insultar a nadie, y de trabajar por un mundo en donde las oportunidades no son cosas de ingreso mensual sino, de algo parecido a la igualdad.

Cuando Zizou le metió la cabeza a ese italiano con boca sucia, las Curvas ni nos impactamos. No. Estaba clarito que en diferentes lugares uno se defiende según la usanza y tradición local. En el caso de Zizou -que más que un insulto rascista ha escuchado en su vida en las poblaciones estilo ghetto marseilleses- la cuestión se resuelve a puñetes. Paff, y en directo. En el paradero 32 de Gran Avenida igualito. En Washington -sin embargo- la pelea callejera funciona ‘a-callado’. Sin que se den cuenta.

Hoy Zizou no se arrepiente. No lector@s, AU CONTRAIRE, ni lo explica. Solo cuenta la realidad. Qué el lombardo mencionó en forma poco chic su hermana y su madre. Y tuvo sus consecuencias.

El Zizou CREE en su familia. Hay honra. Hay cariño. Y hay cosas que no se pueden sino defender.

Y en eso, las Curvas estamos plenamente de acuerdo. Y los ordis caerán por si solos.

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