22.12.05

Apuesto que no sabias, Miche

Lo que nunca se pensaba iba a ocurrir en un pais -que ha tildado el estado anímico político de los jovenes chilenos como "anémico"- sucede en la actualidad en el mundo cibernético. Resulta que se envió una carta firmada por más de 50 'egresados de la Universidad de Chile' que llamaba a votar por la candidata Bachelet. A curvaspolíticas le llegó esta carta, al buzón del mail, y rapidamente analizamos el contenido. Había, desde luego, varias falencias pero lo que más llamó la atención fue algunos de los firmantes. Chicos que se equivocaron fundamentalmente cuando manejaban los asuntos de la Federación de la Casa de Bello; al apoyar los nuevos estatutos, manosear el plebecito y jurar de guata que el Senado Universitario sería -por fín- la real representación estudiantil. Todo mal, algo que se les hizo saber repetidas veces. Se borró la cosa pensando que nadie (o quizás algunos ociosos) la pezcaría. Craso error. Esta cartita a instigado discusiones profundas y de largo alcance. Circulan respuestas, acusaciones, argumentaciones y fundamentaciones que incluyen ataques personales. Todos dentro del marco de la política a secas aristoteleana. El nivel de imaginarse el futuro y juzgar el pasado y la actualidad, es tremenda. Lo que contradice y deja por el suelo los mitos de todos aquellos viejos mediocres que se las dan de 'iluminados'.

Ahora bien, estamos seguras de que nunca se pensó que el apoyo -escualido pero decisivo de los jovenes en estas elecciones- no tendría el peso de impulsar un debate que ya se cree enterrado y superado (vease las miles de declaraciones de que "Pinochet ya no es tema", "A nadie le importa el pasado", etc.). Muy contrariamente, se convierte en una apertura que tal como bola de nieve en una tormenta, va generando más ruido y poder. Tras la pelea, de sí se apoya a Bachelet o no, existe la real herida de cada uno, de estar absolutamente consciente de que su realidad es resultado de abusos profundos. Y de querer echarla en la cara de la historia. No es una búsqueda caprichosa de alguna "identidad" ni tampoco un resentimiento sino -asujentense- la cierta forma de hacer política. Aunque sean a combo cerrado, finalmente es una práctica que puede enturbar el paso seguro de la politiqueria chilenensis. Aquí hay un panorama muy claro. Hay ciertas cosas que llevan demasiado tiempo reprimidas como resultado de lo que otros han hecho. Y que ahora se quieren olvidar. Por eso, lo único que importa en la elecciones de enero es si realmente se quiere ver un parlamento con mayoria Concerta replegado y concentrado en solo un tema, unirse contra la derecha, así, despojandose de la posibilidad de hacerse cargo de los problemas latente y las exigencias de la sociedad chilena. Sí se debe creer en Bachelet es lo menos. De seguro que intentará de avanzar programáticamente hacia una política estatal que vela por todos los ciudadanos (salud y educación gratuita y de calidad real), y de seguro que llegará a un límite de nuestros queridos amigos de la SOFOFA y SONAMI. Le dirán que "hasta aquí no más mihijita. No crea que nos podrá imponer impuestos como en Bolivia, no cree que puede revertir la privatización de la salud y la educación". Sí pisa el palito, lo solucionarán a la antigua...Amigos, es importante y vital recordar que el tiempo es largo y que ya se dio el primer paso. Y para eso, nos sobra piernas que nos llega hasta el suelo y tiempo para crear.

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